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DECLARACI�N DE �LA FE�

Reunidos en el Hato �LA FE�, en Corozopando, estado Gu�rico, Venezuela, durante los d�as 23 al 26 de Mayo de 2005, atendiendo la convocatoria emanada de la plenaria del VI Congreso Interamericano de Conservaci�n Privada realizado en Santiago de Chile en Mayo 2004.

Los abajo firmantes, representantes y miembros de las redes nacionales de conservaci�n privada de 16 pa�ses latinoamericanos con la finalidad de avanzar en la constituci�n de la Alianza de Redes Latinoamericanas de Conservaci�n Privada, convencidos de que la sociedad civil puede y debe cooperar con sus gobiernos en la tarea de conservar la naturaleza, emitimos esta declaraci�n sobre la importancia, necesidad y conveniencia estrat�gica de fomentar la conservaci�n privada en toda la regi�n latinoamericana.

En Latinoam�rica, incluyendo los pa�ses del �rea caribe�a, se concentra una parte muy importante de la diversidad biol�gica del planeta. Tradicionalmente se ha intentado asegurar la conservaci�n de esa riqueza natural, principalmente a trav�s de los sistemas estatales de �reas protegidas de los diferentes pa�ses, pero en la mayor�a de los casos esa protecci�n no ha sido suficiente ni en su cobertura ni en su efectividad y por ello la conservaci�n de la biodiversidad contin�a estando amenazada.

Estamos concientes de que dos de las principales necesidades de la humanidad, como son la producci�n de alimentos y la conservaci�n ambiental, no pueden continuar avanzando por caminos opuestos donde las acciones que se hagan para una de ellas atentan contra la otra. Hasta ahora, la mayor parte de la actividad de producci�n en el medio rural se ha realizado con creciente destrucci�n de la naturaleza, degradando los suelos, contaminando las aguas y desplazando la diversidad biol�gica por sistemas de monocultivo, tanto agr�colas como pecuarios, que si bien pueden ostentar buenos �ndices de productividad, �stos no son sostenibles y no van acompa�ados por indicadores satisfactorios de impacto social y ambiental. En nuestra regi�n latinoamericana, esos modelos de desarrollo rural est�n destruyendo la riqueza natural y causando severos problemas sociales y demogr�ficos como la pobreza, el �xodo campesino, el abandono del campo y las aureolas de miseria y delincuencia en las grandes ciudades.

Consideramos que el doble enfoque de los sistemas de producci�n rurales como �reas importantes para la conservaci�n y, viceversa, las �reas privadas para la conservaci�n como sistemas de producci�n rurales, representa la estrategia m�s l�gica y efectiva para avanzar en el trabajo de hacer compatibles la actividad productiva en el medio rural con la conservaci�n de la naturaleza, garantizando a largo plazo tanto la conservaci�n de los recursos naturales como la seguridad alimentaria.

Tenemos FE y convicci�n en que s� es posible producir de forma econ�mica en el medio rural en armon�a con la naturaleza, promoviendo el desarrollo de sistemas de producci�n diversificados e integrados, que incorporando el manejo racional de los recursos naturales y el uso m�ltiple de la tierra, sean t�cnicamente viables; ambientalmente m�s convenientes, econ�micamente competitivos y socialmente m�s justos y deseables. En nuestros pa�ses existen modelos pr�cticos contundentes que han demostrado que las propiedades privadas que se han dedicado a la conservaci�n de la naturaleza han sido muy eficientes en el logro de ese objetivo, generando mayor bienestar colectivo que los sistemas de monocultivo, sin sacrificar sus rendimientos econ�micos.

Nuestras redes actualmente re�nen alrededor de 1.600 propietarios que voluntariamente estamos protegiendo casi 2.000.000 de hect�reas de tierras, contribuyendo directamente con la conservaci�n de la diversidad biol�gica, la producci�n sostenible y la generaci�n de un modelo de desarrollo social basado en la relaci�n arm�nica con la naturaleza y la racionalidad en el uso de los recursos.

Adem�s de la producci�n y la conservaci�n, las �reas privadas que integran nuestras redes cumplen adem�s con otras importantes funciones en beneficio de la humanidad, como son la investigaci�n cient�fica sobre ecosistemas naturales, especies silvestres, el manejo de recursos y los sistemas productivos. As� mismo, desarrollamos programas de educaci�n y sensibilizaci�n ambiental de la poblaci�n, somos centros de recreaci�n y aprendizaje sobre la naturaleza y estamos desarrollando modelos alternativos de uso de recursos naturales para contribuir con la seguridad alimentaria de nuestros pa�ses.

La ciudadan�a no puede esperar que el Gobierno se encargue por s� solo de conservar la naturaleza en toda la extensi�n del territorio. Es un deber ineludible de los Gobiernos velar por la conservaci�n de los recursos naturales, pero tambi�n es un deber de la ciudadan�a y por ello, ambos componentes de la sociedad, pueblo y gobierno, deben cooperar y trabajar arm�nicamente para lograr la conservaci�n del patrimonio natural y cultural, asegurando su disfrute por las generaciones futuras. Ratificamos la importancia de asegurar a largo plazo la funcionalidad y las capacidades productivas de los ecosistemas naturales. Para lograrlo, es necesario que los Gobiernos faciliten y estimulen la incorporaci�n activa de la sociedad civil a la tarea de la conservaci�n del patrimonio natural.

Los Estados, a trav�s de sus leyes, reglamentos, resoluciones y ordenanzas, deben reconocer, amparar e incentivar las iniciativas privadas que promuevan la conservaci�n y el desarrollo rural sostenible. Adicionalmente a la promoci�n de las iniciativas individuales o locales, debe fomentarse tambi�n su integraci�n en sistemas privados de �reas protegidas (Redes Nacionales) que contribuyan y se complementen con los sistemas estatales para la conservaci�n de la biodiversidad. Si la ciudadan�a est� obligada a contribuir con la conservaci�n ambiental, en muchos casos como un deber de rango constitucional, todo Gobierno debe reconocer expresamente esta actividad en las normativas legales como un uso v�lido, conveniente y deseable de la tierra.

Confiamos plenamente en que la sociedad civil debidamente estimulada y orientada, puede cumplir eficientemente objetivos de conservaci�n y desarrollar modelos exitosos de sistemas de uso de la tierra y de los recursos naturales con s�lidas bases sociales, ecol�gicas y econ�micas. De hecho, en todos los pa�ses de Latinoam�rica existen ejemplos exitosos de sistemas de producci�n rurales sostenibles.

Queremos contribuir activamente y para ello estamos adelantando procesos de integraci�n dentro de cada pa�s (Redes Nacionales) y en toda la regi�n (Alianza de Redes Latinoamericanas), compartiendo conocimientos y experiencias, generando planes de acci�n y estrategias para el desarrollo y consolidaci�n de la conservaci�n privada como factor fundamental en la tarea com�n de conservar la biodiversidad.

Tenemos mucha FE en nuestra sociedad, en su capacidad para aprender y, cuando est� bien estimulada, en su disposici�n y habilidad para actuar a favor de la colectividad y de la naturaleza. Aspiramos que nuestros Gobiernos valoren esas capacidades y nos permitan contribuir con la construcci�n de un mejor futuro para toda la regi�n.

Hacemos un llamado para que los Gobiernos, la comunidad empresarial y la sociedad civil organizada en conjunto, no nos dejemos distraer por la gravedad de los problemas actuales y, conservando la visi�n a largo plazo, dediquemos tambi�n nuestros mejores esfuerzos individuales y colectivos para garantizar la conservaci�n del patrimonio natural y el bienestar de las generaciones futuras; teniendo presente que la conservaci�n de la diversidad biol�gica y la naturaleza en general no es s�lo para beneficiar a las generaciones futuras porque la generaci�n actual tambi�n recibe beneficios directos e indirectos, tangibles e intangibles, de los ecosistemas bien conservados.

Creemos que para cumplir con la responsabilidad colectiva derivada de nuestra condici�n de progenitores o ancestros de las generaciones futuras, debemos sacrificarnos en todo cuanto nos sea posible para asegurarles las mejores condiciones de vida a nuestros descendientes. No hemos recibido la naturaleza como regalo o herencia de nuestros antepasados, m�s bien la tenemos en nuestras manos como un pr�stamo de nuestros descendientes.

Quedamos todos comprometidos a continuar trabajando por la conservaci�n de la naturaleza, por nuestra integraci�n y por el bienestar com�n, presente y futuro de Am�rica Latina... �Este es el camino!

En el Hato �La Fe�, Corozopando, Estado Gu�rico, Venezuela; a los veinticinco (25) d�as del mes de Mayo del a�o 2005.

Antonio J. Gonz�lez-Fern�ndez

Red Venezolana de �reas Privadas para la Conservaci�n de la Naturaleza

APRINATURA

Venezuela

Lourdes Pe�uela Recio

Representante del �G4�: Grupo Colombiano de Herramientas para la Conservaci�n Privada

Colombia

Sorelia Franco

Hato La Fe

APRINATURA

Venezuela

Ernesto Gamboa

Fundaci�n H�bitat y Desarrollo

Argentina

Federico Jos� Fahsen

Asociaci�n de Reservas Naturales Privadas de Guatemala

Guatemala

Carlos L. Sand�

Red Costarricense de Reservas Naturales Privadas

Costa Rica

Alexandre Martinez

Confederaci�n Nacional de Reservas Particulares del Patrimonio de la Naturaleza - CNRPPN

Brasil

Carlos Alberto Mesquita

Confederaci�n Nacional de Reservas Particulares del Patrimonio de la Naturaleza - CNRPPN

Brasil

Ana Mar�a Macedo Sienra

Natural Land Trust

Paraguay

Jessica Yee

Asociaci�n Paname�a de Reservas Naturales Privadas

Panam�

Alejandra del Carpio

Protecci�n del Medio Ambiente Tarija - PROMETA

Bolivia

Karen Wachtel

Reserva Privada del Chaco

Protecci�n del Medio Ambiente Tarija - PROMETA

Bolivia

Oscar Antonio Alzate

Asociaci�n Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil

Colombia

R�mulo Saltos

Corporaci�n de Bosques Privados de Ecuador

Ecuador

Miguel Morej�n

Corporaci�n de Bosques Privados de Ecuador

Ecuador

Ernesto Florez

Red Hondure�a de Reservas Naturales Privadas

Honduras

Santiago Rivas Leclair

Red de Reservas Silvestres Privadas

Nicaragua

Sonya De Armas Beck

Finca El Perico

APRINATURA

Venezuela

Bartolo Teul

Belize Association of Private Protected Areas

Belize

Lucy Ali�

Asociaci�n de Rescate de Fauna - ARFA

APRINATURA

Venezuela

Pedro Solano

Sociedad Peruana de Derecho Ambiental

Red Peruana de Conservaci�n Privada

Per�

Michael R. G�nkel

Red de Reservas Silvestres Privadas

Nicaragua

Rosaura Barteafeldt de Ragamos

Reservas Naturales de El Salvador

El Salvador

Franklin Carmiol

Red Costarricense de Reservas Naturales Privadas

Costa Rica

Jes�s Antonio Esquer Robles

Biodiversidad y Desarrollo Arm�nico a.c.

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